jueves, 5 de febrero de 2009

Títeres accionados por hilos


Claramente, la muerte de Sadam Hussein no va a detener la violencia. Para el mundo en general, él era un tirano cruel. Para los cabalistas, tan solo un títere accionado por hilos, cuya muerte podría marcar el amanecer de una nueva era.

El corazón del rey es como un río;
sigue el curso que el Señor le ha trazado
”.

(Proverbios 21:1)

* Rav Dr. Michael Laitman

Desde que inició el conflicto en Irak, más de tres mil soldados estadounidenses han perecido, y la cifra sigue aumentando. Cientos de miles de civiles iraquíes han sucumbido a manos de sus conciudadanos. Irak es un reflejo desolador del estado actual en que se encuentra el mundo.

Según el cabalista Rabí Yehuda Ashlag, esto es tan sólo el principio. Escribió que si la humanidad no cambia su rumbo, podría ser arrastrada a una tercera y hasta una cuarta guerra mundial y aquellos que queden, igual tendrían que hacer el cambio que se requiere que nosotros hagamos hoy.

No es una cuestión de buenas o malas decisiones políticas, ni de un líder en particular que esté llevando al mundo a su perdición. Existe una razón por la que todo esto está ocurriendo y cuanto más pronto lo comprendamos, más rápido lograremos remediar la situación. Tal como lo expresa el Rey Salomón, no está en manos de los gobernantes determinar el curso que sigue el mundo; está en manos de la fuerza que lo ha creado y lo guía. Es por eso que está escrito, “A ti se te ha mostrado para que supieras que el Señor, Él es Dios; no hay nadie más que Él”. (Deuteronomio 4:35).

El cabalista Rabí Ashlag explicó que, No hay nadie más aparte de Él significa que todo lo que experimentamos, bueno y malo, amigos o enemigos, son todos Sus mensajeros, sin excepción. Y si esta es la manera en que los enfocamos, descubriremos al Creador a través de nuestra relación con ello.

Hacia el final de sus días, Ashlag escribió una serie de ensayos en los que describe el curso de acontecimientos que desencadenarían en el logro espiritual de la humanidad. Al tiempo que afirmó que estos eventos serían obligatorios, enfatizó que podría ser que se desarrollaran, ya sea internamente, dentro del reino espiritual de cada persona, o fuera de nosotros, en el mundo físico.

En esos escritos, el Rabí Ashlag explica que el ego humano continuamente se desarrolla en cantidad y calidad. Queremos tener más dinero, más poder, más sexo, más de todo. Pero en la cumbre del egoísmo desearemos saber cómo controlar el mundo entero, cómo funciona todo y gobernarlo. En suma, anhelaremos ser como una deidad.

La Cabalá, y prácticamente todos los textos espirituales, nos explican que el Creador es bueno, y por lo tanto, desea hacer el bien a todos nosotros, Sus creaciones. Y puesto que no hay nada mejor que el Creador Mismo en toda la realidad, Él desea darnos todo de Sí Mismo; es decir, Su conocimiento y Su poder.

El Creador nos ayuda a llevar esto a cabo, en la “escuela” de este mundo, mediante pruebas que tenemos que superar y es por eso que el ego humano se desarrolla continuamente: cuanto más grande el egoísmo, más se intensifica la prueba. Así vamos progresando en la espiritualidad: tratando de construir un mejor mundo y sociedad. A medida que voy aprobando los exámenes, me voy convirtiendo en el “titular” de cada grado; es decir, logro verlo desde el punto de vista del Creador, habiendo alcanzado Su conocimiento y poder, y por lo tanto, en ese nivel ya no soy más un títere accionado por hilos.

Las atrocidades de nuestro mundo son un reflejo de nuestro inflado e indómito ego. Pero estas penosas experiencias no tienen por qué aparecer bajo la forma de tiranos, desastres naturales, terrorismo o pandemias globales. Si canalizamos nuestros egos en la dirección correcta en el momento que brotan, no tendrán por qué manifestarse de maneras tan negativas.

El ego humano sólo apunta a cualidades de nuestra alma que (aún) no son similares a las del Creador. En un principio, las sentimos como pequeños inconvenientes, como ligeros dolores de cabeza. A medida que el ego crece y la diferencia con el Creador se acentúa, el dolor de cabeza se convierte en “migraña”. Pero, si trabajamos dentro de nosotros, mientras es una pequeña jaqueca, ésta no tendrá que convertirse en una migraña, por lo que evitaremos la necesidad de hacer frente a las tragedias colosales. Percibiremos la vida y nuestras relaciones con los demás, como una secuencia de revelaciones, infinitas posibilidades de parecernos al Creador. Por consiguiente, sentiremos amor por los demás en lugar de odio, y la escuela rigurosa se convertirá en un alegre jardín de juegos.

Para que esto ocurra necesitamos un sistema de enseñanza. La Cabalá afirma que si no hay nada aparte de Él, entonces es Él que ha puesto el ego dentro de nosotros y que tuvo que haber tenido una razón. En lugar de tratar inútilmente de suprimir el creciente ego, la Cabalá ha desarrollado libros de estudio que nos muestran cómo canalizarlo, tal como lo hace el Creador con los corazones de los reyes, trazándoles el camino como si fueran ríos.

Esta es la gran revelación que la Cabalá ofrece al mundo: en lugar de ir aniquilándonos unos a otros, aprendamos todos a ser omniscientes, poderosos y semejantes a Dios. De ser así, ¡ganaremos todos!

* El Rav Dr. Michael Laitman es máster en ciber­nética, doctor en filosofía y cabala, profesor de ontología y teoría del conocimiento. Es fundador y presidente de Bnei Baruj y del Instituto ARI, en Israel. Más información en www.kab.info www.kab.tv/spa www.laitman.es

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