jueves, 5 de febrero de 2009

Globalización y espiritualidad


La globalización de la economía implica que cualquier mercado está inextricablemente ligado a la economía mundial. En esta nueva realidad, debemos descubrir la forma correcta de actuar dentro de un sistema interconectado. Y, ¡qué mejor ejemplo de estudio que la Naturaleza misma, que es la madre de los sistemas integrales perfectos!

* Rav Dr. Michael Laitman

Myron Acholes y Robert Merton tenían todo lo que cualquier científico podría jamás desear: fama, un Premio Nobel en Economía, y profesorados en las universidades más prestigiosas del mundo.

Estaban seguros de que apostar al mercado era como tirar los dados: se puede fácilmente medir las probabilidades para cada uno de los posibles sucesos. Su infalible plan consistía en predecir el mercado con precisión a través de estudios estadísticos.

Junto a otros expertos, establecieron un fondo de inversión para beneficiarse bajo cualquier condición posible del mercado. Lo llamaron Long Term Capital Management, o LTCM (Administración de Capital de Largo Plazo). El fondo desarrolló una política de inversión basada en modelos matemáticos, rindiendo un asombroso 40% de ganancia anual sin pérdidas ni fluctuaciones. Creían haber descubierto la fórmula mágica, identificando patrones en un mundo impredecible.

La operación parecía invencible, hasta que una fatídica noche de septiembre del ’98 estalló la burbuja. El desastre empezó con un evento aparentemente inocuo: la devaluación del Thai Baht, que impactó los mercados asiáticos de Europa Oriental, y así la bola de nieve siguió rodando hasta que finalmente alcanzó al LTCM, sufriendo un colapso total y una tensión sin precedentes en los sistemas económicos a nivel mundial.

Una desesperada reunión de emergencia entre los líderes económicos mundiales logró evitar un caos económico global.

El colapso es contagioso

Los economistas dicen que la caída más dramática del dólar fue provocada por un cambio en la política de China. Ésta, preocupada por su propia economía, empezó a diversificar sus inversiones, en vez de seguir manteniendo todos sus fondos en dólares. Consecuentemente, Arabia Saudita, Corea del Sur, Venezuela, Sudán, Irán y Rusia empezaron a considerar ‘desdolarizar’ sus activos a fin de salvaguardarlos de la depreciación de la divisa norteamericana.

Una y otra vez reaparece la sensación de una crisis a escala mundial. Todos los intentos por predecir las tendencias económicas han resultado inútiles. Entonces ¿Cómo establecemos un sistema económico verdaderamente viable y estable?

Los sistemas entre nosotros

La respuesta, según la sabiduría de la Cabalá es realmente muy simple. No se necesita ser un economista brillante para darse cuenta. Sólo debemos estar conscientes que tanto nosotros como todo lo que hacemos, incluyendo la economía, debe seguir las leyes del sistema universal, llamado Naturaleza. Es decir, alcanzar una perfecta unidad, donde el trabajo de cada individuo beneficia a la totalidad.

El cabalista, Rabí Yehuda Ashlag (Baal HaSulam), escribe en su artículo “Construyendo la Sociedad del Futuro” que “…cada miembro está obligado por Naturaleza a cubrir sus necesidades básicas a través de la sociedad, y también a beneficiar a la sociedad con su propio trabajo”.

Los sistemas artificiales que hemos establecido en la sociedad humana están en completo contraste con este principio. El núcleo de nuestro comportamiento es el ego, que pone estos sistemas en movimiento; el interés personal antes que el general, la búsqueda de bienes materiales, honor y control; incluso (o especialmente) a expensas de los demás.

Todo esto guarda una relación directa con la economía. En nuestro sistema económico basado en el ego, el interés personal de los capitalistas y de los accionistas es la prioridad máxima de las compañías. Incluso cuando ayudan a la comunidad, uno no puede evitar preguntarse si solamente buscan hacerse publicidad y engrandecer su reputación en los medios.

Globalización + Ego = Callejón sin salida

Luego de miles de años de desarrollo egoísta nos encontramos arrinconados en una esquina: cuanto más intentamos beneficiarnos el uno del otro, más descubrimos nuestra interdependencia.

La mínima fluctuación en un mercado local puede provocar una turbulencia en el mercado mundial. La globalización ha provocado una fragilidad tal en nuestro planeta, que la mínima fisura puede hacerlo tambalear y caer. Sucesos locales tales como la crisis hipotecaria en EEUU, un desastre natural, un atentado terrorista, afectan directamente los precios de las mercancías internacionales y amenazan la estabilidad de la economía mundial.

El camino de salida

“Y lo maravilloso de ello es que la Naturaleza, cual hábil juez, nos castiga de acuerdo a nuestro desarrollo, pues como ven nuestros ojos, cuanto más se desarrolla la humanidad, tanto mayores son los dolores y sufrimientos por conseguir nuestro sustento”.

Baal HaSulam, “La Paz

La Cabalá enseña que la humanidad está atravesando dos procesos paralelos: Por un lado, se nos está empujando a unirnos y a trabajar como un solo cuerpo. Por el otro, el egoísmo humano está creciendo constantemente.

De una forma u otra la humanidad deberá dar un giro a su egoísmo y trabajar como un solo cuerpo. Pero en vez de tener que sufrir golpes que nos obliguen a llevar a cabo este cambio, los cabalistas sugieren que seamos nosotros mismos los que nos dominemos y tomemos el control del proceso.

Al aprender acerca de este sistema general y sus principios, entenderemos qué cambios implementar en nuestros sistemas sociales a fin de balancearlos con la Naturaleza, y prosperar en todos los ámbitos de nuestras vidas, incluyendo en el económico. Afortunadamente ya poseemos la ciencia que explica el plan de fondo de la Naturaleza: La sabiduría de la Cabalá.

* El Rav Dr. Michael Laitman es máster en ciber­nética, doctor en filosofía y Cabalá, profesor de ontología y teoría del conocimiento. Es fundador y presidente de Bnei Baruj y del Instituto ARI, en Israel. Más información en www.kab.info www.kab.tv/spa www.laitman.es

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