lunes, 16 de febrero de 2009

Januca, la victoria de la unificación


La Cabalá nos explica que el milagro de Januca simboliza el éxito alcanzado al pasar por encima de los deseos que nos desvían del camino hacia la espiritualidad. Al superar nuestro propio ego­ísmo -implementando el al­truismo-, logramos la unión con el Creador.

* Rav Dr. Michael Laitman

Muchas veces participamos de las fiestas de manera mecánica, sin detenernos a pensar cuál es su propósito y simbolismo. ¿Nos hemos preguntado cuál es la raíz espiritual de Januca?, ¿por qué encendemos velas, y quiénes fueron los griegos? El comprender su significado, visto desde un plano superior, nos abre las puertas a un mundo maravilloso, amplio y profundo, en el que prevalece la unión de los seres humanos como un todo integrado.

Para lograr penetrar esa nueva dimensión, a través del conocimiento de las fuerzas superiores que actúan sobre nosotros, es importante entender que hay una raíz en el mundo espiritual para todo lo que existe. Dicha raíz motiva nuestro comportamiento, nuestros pensamientos y emociones, así como los diferentes eventos que experimentamos aquí, en el mundo terrenal.

Las festividades que celebramos mantienen una estrecha relación con las fases de desarrollo del alma. Las velas de Januca simbolizan la Luz de Misericordia que uno adquiere cuando ha alcanzado el Mundo Espiritual. La Luz se incrementa gradualmente, por lo que se enciende una vela extra cada día.

Los griegos son los deseos que nos incitan a permanecer sumergidos en el egoísmo. Al unirnos en un amor fraternal, como un solo hombre con un solo corazón, logramos vencer esas fuerzas que nos impiden avanzar en nuestra lucha por superar el ego.

Fases de reconexión

La sabiduría de la Cabalá nos dice que Januca está relacionada con la rehabilitación del Templo. Desde el punto de vista espiritual, el Templo significa el lugar donde el Creador y la criatura se unen. Por lo tanto, su destrucción (profanación, en el relato de Januca) se refiere a la ruptura de esta adhesión entre ambos. Esa unificación es la que los cabalistas están tratando de reconstruir.

Hay dos fases de reconexión. En la primera, el individuo aprende cómo elevarse por encima de la naturaleza egoísta que caracteriza a todo ser humano, logrando así la formación de una vasija (Kli, en hebreo), con la cual se unirá al mundo espiritual. Esta es la fase de Corrección. La fiesta de Januca está relacionada con esta etapa, por lo que su nombre se puede dividir en dos: Janu (se estacionaron, en hebreo) Ca (de la palabra “acá”, en hebreo), lo cual simboliza un descanso; es decir, el descanso que el humano toma entre ambas fases del sendero espiritual, una vez que se haya corregido su vasija, y antes de empezar a llenarla con la Luz en la segunda fase.

Este proceso se desarrolla como en el caso de una persona sedienta, que sostiene en su mano un vaso quebrado. Primero debe repararlo, antes de poder llenarlo y tomar de él. Quien se siente separado de la espiritualidad debe primero enmendar su unión con el Creador antes de que pueda recibir las bondades que Él desea otorgarle.

Es entonces cuando decimos que se ha llegado a la fase de Recepción, alcanzando el ser humano la capacidad de recibir grandes placeres mediante la nueva herramienta adquirida en la fase de corrección.

Se realiza el milagro

Los helénicos no querían exterminar a Israel físicamente, ni lucharon por la dominación materialista, sino por la espiritual. Deseaban colocar estatuas hechas por el hombre en el Templo y forzar a Israel a hacerles reverencia. El gran sacerdote Matityahu, el líder de los Macabeos, se opuso rotundamente. Liderados por él lucharon y derrotaron a los griegos, es decir, vencieron los deseos egoístas que empujaban al pueblo a pensar que no valía la pena cumplir las leyes de la naturaleza, o sea, unirse pasando por encima del egoísmo, para comulgar con el Mundo Superior.

Mientras más fuertes se volvieron los griegos, más poderosa se tornó la fe de Israel. Esta guerra se prolongó hasta que apareciera un hecho milagroso que pudiera marcar el triunfo de Israel. El milagro ocurrió.

El milagro de Januca representa el éxito en el logro de la adhesión, la unión con el Creador. Tras la victoria de Israel, por medio de la implementación del método de corrección establecido mucho antes por Abraham el Patriarca -la sabiduría de la Cabalá-, volvió a prevalecer el principio de “ama a tu prójimo como a ti mismo”.

Israel se interpreta como la fuerza que nos lleva directamente al Creador. Isra viene de la palabra Yashar (directo, en hebreo), y Él es la palabra hebrea para referirnos a Dios. Por lo tanto, la palabra Israel significa, en conjunto, “directamente a Dios”, la razón espiritual detrás de este mundo, de hecho, la Meta de nuestra existencia sobre la Tierra.

Lo largamente anhelado

La victoria sobre los helénicos constituye el cimiento del camino de cualquier criatura en el reino espiritual. Este sendero nos permite cumplir las correcciones que nos llevarán a la frontera final, la eterna abundancia que el Creador ha preparado para todos.

Los cabalistas describen en sus libros que más allá de lo que captan nuestros cinco sentidos, existe un mundo bello y encantador, en el que tenemos la oportunidad de controlar, en forma consciente, nuestras vidas, para alcanzar un placer supremo, la plenitud. Si seguimos sus huellas, esforzándonos en lograr la conexión espiritual entre nosotros, con el propósito de apegarnos a la Fuerza Superior, llegaremos a experimentar dicha abundancia y felicidad, todos y cada uno de nosotros.

* El Rav Dr. Michael Laitman es máster en ciber­nética, doctor en filosofía y Cabalá, profesor de ontología y teoría del conocimiento. Es fundador y presidente de Bnei Baruj y del Instituto ARI, en Israel. Más información en www.kab.info www.kab.tv/spa www.laitman.es

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