viernes, 20 de febrero de 2009

Crisis: Tras las elecciones: el TEPE


Como anticiparon las encuestas, Obama arrasó en las urnas y logró una victoria histórica. El mundo amanece ante la expectativa de una nueva era. Los ojos de todo el mundo están dirigidos hacia la Casa Blanca con la esperanza de que el presidente electo haga su magia. Pero con todo, ¿qué es lo que realmente podemos esperar?


* Rav Dr. Michael Laitman

Todas las lindas novelas siempre se acaban en pleno apogeo y nos dejan con el misterio de cómo amanecen los protagonistas al día siguiente…


Primero, cabe entender que los protagonistas en esta historia somos nosotros, todos nosotros; pues, aunque no vivamos en EEUU, todos dependemos de ello, lo cual se puso claramente en evidencia a raíz de la crisis financiera actual.


El día siguiente

Segundo, ¿cómo despertamos al día siguiente? Afectados por un grave caso de TEPE (Trastorno de Estrés Post Electoral). Este síndrome ocurre después de cada elección, sin excepción: Esperamos un resultado y terminamos con otro, pues el mayor talento de los políticos es ser electos; sin embargo, en la práctica diaria de gobernar, utilizan equipos de asesores que no son sujetos a elecciones…


Nuestra primera reacción ante el TEPE es la negación: “démosle un tiempo; ya pasará; después de todo sólo ha estado 3 meses en funciones”, y demás.


La segunda etapa del TEPE es la reacción madura de aceptación: plena conciencia de que estamos efectivamente afligidos, en cuyo momento nos volcamos a buscar la solución. En el pasado, la gente optaba por incitar revoluciones o por renegar inútilmente sobre su destino. Pero como se trata de eventos históricos, y estamos presenciando una nueva era en la historia de la humanidad, vale considerar nuevas tácticas. Por ejemplo, en vez de esperar lo que surja de la Casa Blanca, tomemos las riendas en nuestras manos, y decidamos nosotros mismos el orden del día que nosotros consideremos vital. Pues, si contamos con el poder de votar, también lo tenemos para dictar la agenda, ya que siempre habrá otra elección.


¿Cómo vivir en un mundo global?

Después que hemos establecido que tenemos no sólo el derecho sino el deber de hacer que nuestras voces sean escuchadas, nos queda definir el orden del día: Educación, o más precisamente, Educación para la vida en un mundo global, tanto para nosotros como para nuestros hijos. Y si esta perspectiva parece totalmente descabellada, veamos lo que dicen un presidente y un cabalista al respecto.


En su libro “The Audacity of Hope” (La Audacia de la Esperanza), el presidente electo Barack Obama, habla de otra forma de hacer política, “basada en la sencilla idea de que dependemos uno del otro y que lo que nos une es mucho más importante que lo que nos separa, y que si suficientes personas creen en la veracidad de esta propuesta y la siguen, es posible que no podamos resolver todos los problemas, pero sí podremos avanzar en cosas significativas”.


Estas palabras concuerdan en gran medida con las de los cabalistas, aunque ellos no se satisfacen con sólo “avanzar en cosas significativas”, sino que apuntan hacia el final feliz, sabiendo, de hecho, que los problemas no “caen del cielo”. Por el contrario, se manifiestan proporcionalmente a nuestro nivel de discordia entre todos nosotros y la Naturaleza exhaustiva.

En otras palabras, en un mundo donde todos estamos interconectados e interdependientes, el ego y la codicia son contraproducentes y provocan crisis en todos los campos de la vida, como la crisis financiera actual.


Según Rabí Yehuda Ashlag, el gran cabalista del siglo XX, tenemos que conocer las leyes que se aplican a nuestro grado evolutivo presente -las leyes del sistema global- y entender que no podremos seguir ignorando el bienestar de la colectividad.


Puesto que la realidad actual es una prueba de sus palabras, cualquier plan de rescate en el plano material -ya sea $700 mil millones o más- resultaría inútil si no se aunara a un plan de rescate en el plano que produjo la crisis. O sea, para resolver esta crisis permanentemente y prevenir las potenciales posteriores, habrá que cambiar el rumbo completamente y elevar la conciencia popular sobre el hecho que el enfoque de la vida no puede seguir siendo el “yo”, sino “el total”, o sea, todos nosotros como un organismo único.

Lo más natural, por tanto, sería que el nuevo presidente de la nación más poderosa del mundo convocara al resto de los líderes mundiales para aunar esfuerzos en la realización de esta tarea, ya que la bola de nieve no se detendrá ante nadie y la próxima crisis afectará no sólo nuestra economía, sino, nuestra propia existencia.


En realidad, no hay que hacer gran esfuerzo para cambiar nuestro destino; simplemente reconocer que todos nosotros conformamos ya un solo cuerpo integral; que el mundo entero es un solo organismo con un alma única que gobierna sus órganos: El órgano ruso-árabe nos suministra combustible y energía; la destreza y agilidad del órgano asiático utiliza esa energía para producir diversos productos, y el órgano américo-europeo se abastece de esos productos.


¿Y el TEPE? No es imprescindible. En realidad, si sólo tratáramos de experimentar la sensación de que todos nosotros somos parte integral de este único y maravilloso organismo, adoptando al mundo entero como nuestro, produciríamos el apoyo necesario para sustentarnos mutuamente. Y la Naturaleza, por su parte, nos reciprocaría generosa y amistosamente, no sólo aliviando la crisis financiera, sino, en todos los aspectos de nuestra vida.


* El Rav Dr. Michael Laitman es máster en cibernética, doctor en filosofía y Cabalá, profesor de ontología y teoría del conocimiento. Autor de 40 libros sobre Cabalá auténtica. Es fundador y presidente de Bnei Baruj y del Instituto ARI, en Israel. Más información en

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