viernes, 20 de febrero de 2009

Crisis: El hambre creciente de la humanidad


La crisis actual de alimentos a nivel mundial ha sido declarada un "tsunami silencioso" en titulares recientes. La Cabalá explica la raíz del problema, y nos muestra cómo apartar esta amenaza creciente.

* Rav Dr. Michael Laitman

Las carencias de alimento no son nada nuevo, éstas han marcado a las civilizaciones desde los días en que los faraones gobernaban Egipto. Sólo en los pasados 50 años, las hambrunas en África, Corea del Norte, China, y Camboya han cobrado millones de vidas. ¿Entonces, por qué hoy están tan alarmados los líderes mundiales ante la actual situación?

En tiempos del Faraón, una hambruna en Egipto no afectaba a las tribus que vagaban en las llanuras de América. En contraste, la crisis de hoy repercute alrededor del mundo entero. Los precios globales de los alimentos han subido un 83% en los pasados tres años, haciendo casi imposible para las naciones más pobres del mundo alimentar a sus pueblos. Más de 70 países enfrentan ahora una escasez crítica, y el hambre ya no se limita sólo a los países pobres. Incluso naciones desarrolladas como Estados Unidos están enfrentando un alza considerable en los precios de los alimentos, empobreciendo la alguna vez confortable clase media. Esta vez, el hambre es verdaderamente global.

Creando la crisis

Los expertos han identificado muchos factores que contribuyen a la crisis, pero el principal es que la demanda de alimentos crece más rápido que el suministro disponible. Se estima que hay 6,5 mil millones de personas viviendo en el planeta actualmente, habiéndose más que duplicado la población en menos de 50 años.

Además, las pautas de consumo están cambiando en países como China y Estados Unidos. La obesidad está en auge mundialmente, y la demanda de carne está aumentando de forma acelerada. Las vacas, que nos suministran con hamburguesas, filetes y productos lácteos, comen grano, y en gran cantidad. Esto significa que hay menos grano disponible para el consumo humano, ya que la tierra apta para incrementar las cosechas está utilizándose para el pastoreo.

El resultado es que aproximadamente 100 millones de personas en el mundo necesitan ayuda tan sólo para sobrevivir. Causas relacionadas con el hambre cobran la vida de un niño cada cinco segundos. Y cuando los padres no pueden alimentar a sus hijos se desesperan. Las protestas se han desarrollado de Londres a Yemen y de México a África, tornándose violentas en varios países.

Parece increíble que la gente esté luchando por alimentos, y que los niños agonicen de hambre en medio de los llamados avances del siglo 21, mientras que la agricultura mundial produce actualmente un 17% más de calorías por persona que hace 30 años.

El reconocido economista Jeffrey D. Sachs calcula que a cada persona en el mundo desarrollado le costaría 10 dólares duplicar la producción de alimentos en África. Sin embargo, es como si algo o alguien estuviera poniendo palos en la rueda de nuestros intentos de salida de esta situación.


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La sabiduría de la Cabalá explica que no podemos resolver nada antes de que reconozcamos la raíz del problema, hagamos lo que hagamos. Nos explica que la fuerza general que gobierna y sostiene nuestro universo, nos está empujando continua y deliberadamente a equilibrarnos y a armonizarnos con ella. Es decir, llegar a ser bondadosos y altruistas como ella. Por otro lado, el egoísmo humano parece estar en un aumento constante. Por lo tanto, el contraste creciente entre nuestra naturaleza egoísta y la fuerza más elevada y benévola de la realidad da como resultado todas las crisis, ya sea económica, ecológica, o alimentaria.

Algunas personas tratan de corregir las cosas a través de acciones externas, como repartir alimento o donar dinero, pero esto únicamente rasga la superficie, en el mejor de los casos, si no se reconoce la fuente verdadera del problema. En otras palabras, si no corregimos nuestra naturaleza egoísta, los desequilibrios seguirán aumentando, los problemas empeorarán, y el sufrimiento afectará cada vez a más personas.

Crear un nuevo escenario

La Cabalá sugiere que apartemos este escenario creando uno nuevo, en el que decidamos cambiar nuestra naturaleza egoísta antes de que nuestro sufrimiento nos deje sin ninguna otra elección. El método de la Cabalá es como una lupa que nos ayuda a ver la raíz del problema. Nos enseña cómo desarrollarnos en armonía con la naturaleza y a percibirnos a nosotros mismos como un organismo humano integrado; no como individuos separados.

La crisis alimentaria es un reflejo más de la discordia entre nuestras metas terrenales, egoístas y la Meta elevada y universal para la cual nacimos: la de actuar conjuntamente como las células y órganos en un cuerpo sano. Nos muestra que el problema radica en cómo nos relacionamos el uno con el otro: Cada uno para sí mismo. Pero si pudiéramos sentir, cada uno de nosotros, las punzadas de hambre de los más desfavorecidos, ¿Cuánto tiempo nos tomaría resolver la crisis?

Es difícil, y casi antinatural, para nosotros reconocer que la fuente de nuestros problemas, así como la salida de ellos, está en nuestras manos. Tendemos a explorar todas las alternativas posibles antes de aceptar la única solución verdadera: la necesidad de cambiarnos a nosotros mismos. Es por eso que los cabalistas nos ofrecen su método para elevarnos por encima de nuestra naturaleza egoísta innata y abrirnos los ojos a la realidad ante nosotros. Entonces, no sólo dejaremos de ir en contra de un desarrollo más alto, sino que también descubriremos su belleza, y gozaremos del proceso.

* El Rav Dr. Michael Laitman es máster en ciber­nética, doctor en filosofía y Cabalá, profesor de ontología y teoría del conocimiento. Autor de 40 libros sobre Cabalá auténtica. Es fundador y presidente de Bnei Baruj y del Instituto ARI, en Israel. Más información en

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