lunes, 16 de febrero de 2009

PESAJ: El significado interno


Según la Cabalá, todos los cuentos de la Torá son representaciones de los acontecimientos en la realidad espiritual. Para poder vincularse a la espiritualidad el individuo debe pasar un proceso que le revela el dominio de la materia sobre él y cómo librarse de éste.

Por el Rav Dr. Michael Laitman *

En el Libro del Zohar, Parashat "Behaalotcha", ítem 58, está escrito: "Dijo Rabí Shimon: ¡Ay de aquel individuo que dice que la Torá viene a contar cuentos simples y relatos trillados de Esaú, Laban, etc.!…sino que todas las palabras de la Torá tratan de cosas elevadas y secretos superiores”.

La Torá, así como la historia de Pesaj, describen precisamente lo que acontece en la realidad espiritual y en el interior del ser humano. Uno podrá comprender el verdadero significado de la Leyenda (Hagadá) de Pesaj sólo cuando experimente su propio éxodo personal de Egipto y celebre esta fiesta internamente.

Por naturaleza, el hombre actúa sólo para llenarse de placer. La Cabalá lo llama: “El deseo de recibir para sí mismo” o “Egoísmo”.

Por el contrario, el atributo de la Fuerza Gobernante del mundo es inverso al atributo humano, deseando impartir abundancia, placer y deleite al individuo. En la Cabalá es la “Fuerza Otorgante” o “Altruismo”. Estas son las fuerzas de las que habla la Leyenda de Pesaj, y en realidad, la Torá en total.

La similitud con la Fuerza Otorgante es la entrada a la realidad espiritual. Es un cambio interno en el individuo, transformándolo de una naturaleza egoísta a una altruista. Pero antes de adquirir el atributo de otorgamiento, debe familiarizarse con su egoísmo en toda su magnitud y poder. En el cuento de Pesaj, el Faraón simboliza la naturaleza egoísta del hombre y Moisés la altruista.

¿Qué es Pesaj?

Pesaj viene de la palabra hebrea “Pesijá” que significa “dar un salto”, es decir, el “salto” por encima del carácter humano.

Antes del éxodo de Egipto el individuo permanece cautivo bajo el dominio de su ego, sin influencia sobre su vida.

Después del éxodo de Egipto, ya en el mundo espiritual, aprende a participar en la Obra de la Creación y manejar su vida y la realidad en la que existe. La vinculación con la Fuerza Superior y el cumplimiento de Pesaj interna y espiritualmente, los siente como un placer eterno y completo.

El sendero espiritual de Pesaj

La Emigración a Egipto, es el lugar en el que el hombre encuentra seguridad y satisfacción materiales. Tiene posesiones, conocimiento, experiencia, estatus, etc., confiado en que esto lo satisfaría para siempre.

Cuando “se levanta en Egipto un nuevo rey”, el hombre ve que todo lo adquirido hasta entonces pertenece ahora al “Rey”, el “egoísmo”, el Faraón.

El hombre, que se sentía libre y feliz descubre repentinamente que se ha convertido en un esclavo del deseo de disfrutar, que jamás ha entregado algo de sí mismo al prójimo, llenándose de una profunda sensación de vergüenza. Es incapaz de conectarse a la Fuerza Superior y de ser otorgante como ella. Su trabajo es duro, pero no tiene propósito ni frutos.

Todo lo que creyó haber adquirido se desmorona. Y así, las bellas ciudades de Pitom y Ramsés son “tragadas por la tierra”.

Esto lleva al hombre a preguntarse, ¿por qué me pasa todo esto? Y ¿qué debo aprender para salir de esta situación?

Entonces, se revelan dos fuerzas en el hombre: El egipcio, que piensa sólo en sí mismo y su placer, y el israelita, que anhela unirse directamente al Creador (Yashar-directo, Él-Creador, componen en hebreo la palabra, Israel), la Fuerza Superior, la Fuente del Placer.

En Pesaj, Israel (Yashar, Él) prevalece sobre el ego

Cuando el hombre decide fortalecer su aspecto israelí para vencer al egipcio, pide ayuda, como está escrito en la Torá: “y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos por su servidumbre” (Éxodo 2:23). Es decir, se dirige a la Fuerza Superior y le suplica que lo libere del dominio del Faraón, el ego.

Así, surge en el hombre la fuerza interna llamada Moisés, que “jalará” (Moisés, de la palabra hebrea Limshot, Jalar”) a Israel de Egipto y les ayudará a dar el salto (Lifsoaj, Pesaj) mencionado.

Aunque Moisés se crió en casa del Faraón y lo conoce, sabe que necesita un milagro, la ayuda de la Fuerza Superior.

Los constantes pedidos de Moisés hacen que el Faraón se oponga más y más a la salida del pueblo de Israel de su dominio. Les hace la vida más difícil y recibe un golpe, les hace trabajar más duro y recibe otro, trata de fortalecer su dominio y recibe golpes adicionales, hasta que mediante las Diez Plagas, que son diez discernimientos necesarios, se revelan estas dos fuerzas por completo:

El Faraón debe renunciar al control sobre Israel y reconocer la Fuerza Superior como Gobernante. Y el Pueblo de Israel tiene que aceptar que su pedido de auxilio debe ser bien analizado y preciso, o no podrá librarse de la carga de su egoísmo.

Pesaj – Oportunidad de redención

La redención del egoísmo requiere una preparación meticulosa, ya que se trata de un cambio transformativo. Los cabalistas no esperan el mes de Nisán para festejar Pesaj, nos enseñan cómo librarnos del ego todos los días.

Es decir, Pesaj es un estado interno que experimenta el ser humano. No obstante, la fecha especial en que todo el pueblo festeja es para recordar la Meta principal del hombre: Saltar por encima de la naturaleza y llegar a la conexión directa con la Fuerza Superior.

Las luces que afectan el interior del individuo durante Pesaj le ayudan a cruzar, de manera segura, el Mar Rojo, la última barrera ante el dominio del Faraón, y le permiten a quien desee, disfrutar del placer y abundancia que le ha preparado la Fuerza Superior en el Mundo Espiritual, no sólo en Pesaj, sino durante todo el año, independientemente del tiempo y lugar.

* El Rav Dr. Michael Laitman es máster en ciber­nética, doctor en filosofía y cabala, profesor de ontología y teoría del conocimiento. Es fundador y presidente de Bnei Baruj y del Instituto ARI, en Israel. Más información en www.kab.info www.kab.tv/spa www.laitman.es

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