viernes, 20 de febrero de 2009

Crisis: ¿Qué le está pasando a nuestra economía?


El reciente desplome de Wall Street ha dejado a todo el mundo anonadado. Pero a pesar de que se trata de una crisis grave y exhaustiva, a simple vista pareciera como si se tratara de "una crisis más", destinada a solucionarse con el tiempo. Sin embargo, la Cabalá dice que esta vez se trata de una crisis diferente y que para encontrar la salida, tendremos que cambiar nuestros sistemas desde la raíz.

* Rav Dr. Michael Laitman

Los eventos que rodean a la economía americana, que es de hecho global, prueban que esta vez se trata de un asunto serio. La economía mundial está en una crisis profunda. Hoy, la pregunta del millón (mejor dicho, del billón) de dólares es, "¿Cómo establecer un sistema económico global verdaderamente viable y estable?".


No tenemos que ser economistas o sociólogos brillantes para entender que la interdependencia económica y comercial entre todos los países del mundo está afectando más y más el bienestar de cada uno de nosotros, independientemente de nuestro estado o localidad particular.


Por otro lado, la mayoría de la gente espera que sus representantes gubernamentales tomen las decisiones correctas que afectan sus vidas. Pero con todo, vemos que no importa cuán conscientes y comprometidos sean nuestros líderes, frecuentemente solucionan un problema y se encuentran con dos.


La humanidad ha estado "apagando incendios" por miles de años, viviendo inconscientemente bajo la premisa de "máximo beneficio con el mínimo esfuerzo". Es decir, persiguiendo placeres y escapándonos del dolor. Y aunque los seres más desarrollados tienen más paciencia para esperar la recompensa, llegó el momento de reconocerlo: no estamos implementando un Plan Maestro que nos tome en cuenta a todos nosotros, con todas nuestras necesidades particulares.


Según la Cabalá, tal Plan de hecho existe, sólo que aún no ha llegado a nuestras manos, ni a las de nuestros líderes. Teniendo ese Plan a nuestro alcance nos permitiría alinearnos con él, trabajando conjuntamente en su ejecución, lo cual seguramente resultaría en una vida más tranquila y pacífica para todos nosotros. De hecho, resulta emocionante el sólo imaginar a todas las personas y naciones del mundo compartiendo una misma meta y dirección, ni que hablar de una que cuide de cada uno de nosotros…


Pues, esa es la principal tarea de los cabalistas: hacer público el Plan Universal y ayudarnos a llevarlo a cabo, paso a paso. Se trata de un plan natural en el que todas las partes trabajan perfectamente al unísono, y en el cual cada miembro de la sociedad se preocupa del bienestar de todos los demás.


Y siendo un Plan Maestro que toma en consideración el bienestar de cada uno de los seres y naciones del mundo, sería un Plan no sólo viable para la época actual, sino para siempre.


El mejor ejemplo de este comportamiento son los organismos vivientes, donde las células trabajan en conjunto para beneficiar al organismo en su totalidad, del cual ellas mismas se sustentan. Tal como lo resume el cabalista Yehuda Ashlag, en su artículo, "Construyendo la Sociedad del Futuro": "…cada miembro [de la sociedad] está forzado por la Naturaleza a recibir sus necesidades de la sociedad, y a la vez, tiene la obligación de beneficiar a la sociedad a través de su trabajo".


La causa del descalabro

En el sistema económico, tal como ocurre en todo sistema social, la interdependencia es el factor clave. El problema es que el fundamento del comportamiento humano, que maneja todos los sistemas económicos y sociales, es el ego, que naturalmente prefiere el estrecho interés personal por encima del bien común. Es decir, la búsqueda de riqueza, honor y control a expensas de los demás es lo que dicta, de hecho, las prioridades de todas las partes interesadas.


Claramente, esto no concuerda con el plan de la Naturaleza de traer Sus diferentes partes hacia la unidad y otorgamiento mutuos, y por consiguiente, nuestro sistema económico actual no está sustentado por esas leyes que rigen el universo. De hecho, el sistema que hemos establecido en la sociedad humana contrasta por completo con ese principio.


La solución a la crisis

Para que el sistema económico sobreviva, debe estar alineado al modelo altruista de la Naturaleza, que procura la armonía de todas las partes del sistema. Y para que eso suceda, es imprescindible que todos nosotros entendamos las verdaderas razones de la crisis. Es decir, que la inestabilidad que estamos experimentando es el resultado de actuar contra este Plan Universal.


En otras palabras, debemos tener en mente que todos nosotros constituimos un cuerpo universal multi-celular en el cual estamos conectados los unos a los otros, y que el modelo económico y social más provechoso para el individuo es el que toma en cuenta a todos los demás.


Sin embargo, para llevarlo a cabo, es necesario que esta información se haga pública, siendo difundida por los medios masivos de comunicación y apoyada por los gobiernos y líderes mundiales, de manera que tomen las decisiones necesarias y que implementen los cambios correspondientes con el fin de traer nuestros sistemas sociales a un balance con el plan de la Naturaleza.


Sólo cuando empecemos a pensar y a operar hacia esta dirección, tendremos éxito en sacar al mundo de las aguas turbulentas en las que está atrapado hoy en día, y llevarlo a tierra segura.


* El Rav Dr. Michael Laitman es máster en ciber­nética, doctor en filosofía y Cabalá, profesor de ontología y teoría del conocimiento. Autor de 40 libros sobre Cabalá auténtica. Es fundador y presidente de Bnei Baruj y del Instituto ARI, en Israel. Más información en

Crisis:Presentando el pronóstico: No tenemos la menor idea…


El dólar subirá. El dólar caerá. EEUU está hecha pedazos. EEUU se volverá a levantar. Europa es invulnerable. Pues, ya no. Hay que incrementar la regulación. No va a ayudar. La recesión de 1929 está de regreso. Es sólo una crisis temporal. Habrá guerra. No puede ser, son otros tiempos. La crisis ha afectado a todos. ¡Qué va!… aquí no pasará nada.


* Rav Dr. Michael Laitman

Pues, ésta es sólo una lista parcial de todos los pronósticos que logramos extraer de las más destacadas columnas económicas recientes. Parece que en la realidad financiera actual, Forrest Gump -con su célebre máxima “La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”- podría fácilmente tomar un sitio de honor al lado de los mejores comentaristas y expertos en mercados de capitales.


Entre “nos”, nadie tiene la mínima idea de lo que sucederá con nuestra economía. Los modelos financieros están tratando de prever el futuro basándose en el pasado, pero incluso el modelo más sofisticado de predicción podría a penas reducir la incertidumbre, en el mejor de los casos; no eliminarla por completo. Es por algo que aún los principales columnistas económicos se mantienen reservados y no se apuran a dar consejos o conclusiones respecto al futuro de los mercados.


¿Por qué tanto problema? ¿Por qué no somos capaces de pronosticar el futuro de los sistemas que nosotros mismos hemos creado? “Pues, es un asunto muy complicado que depende de muchísimos factores”, responderán afligidos aquellos que en sus manos recae sacarnos del pantano. Pero en realidad, la respuesta es mucho más sencilla: no tenemos la menor idea de qué hará mañana Yamaguchi de Japón o Joe de Wall Street. Y si en el pasado ésto no causaba mayor problema, hoy en día, en nuestra era de turbo-globalización, sólo falta que alguien estornude en el otro extremo del planeta para sacudir todo el sistema financiero y sacarlo de equilibrio.


La causa de la actual desesperación económica, no obstante, es la propensión de la naturaleza humana a pasar del temor a la euforia y viceversa, una circunstancia que ningún paradigma económico ha sido capaz de suprimir sin graves dificultades”, dijo últimamente Alan Greenspan, el mítico ex-presidente de la Reserva Federal de EEUU, respecto al estado de la economía.


La Cabalá añade que la naturaleza humana que nos impulsa a actuar únicamente por intereses propios es, definitivamente, la protagonista de esta trama, sólo que esta vez tenemos una variable adicional en la ecuación: el mundo entero, junto con todos sus habitantes, se ha transformado en un solo sistema integral, un cuerpo único.


De ahí que para resolver la crisis tendremos que tomar en cuenta esta nueva variable, o sea, adaptar la naturaleza humana a esta nueva realidad que se ha formado ante nosotros.


Los cabalistas, a diferencia de los analistas económicos dicen que en lugar de aprender de las fallas del pasado podríamos aprender de los éxitos demostrados que han estado funcionando por milenios.


Pues, si se trata de sistemas integrales, tenemos muchos ejemplos a nuestro alcance, tales como el cuerpo humano, cuya salud se mantiene gracias al comportamiento considerado de cada célula, entregándose felizmente para el bienestar del cuerpo entero.


De hecho, la estabilidad de cada sistema natural depende de la reciprocidad entre todos sus componentes. En el momento que alguno de esos elementos le hace daño, la naturaleza no tiene piedad de él y se enlista de inmediato para restablecer el balance infringido en ese sistema a toda costa.


“…todo aquel que infringe alguna de las leyes de la Naturaleza se encuentra perjudicando el Plan Maestro de la Naturaleza, y consecuentemente, es castigado por Ella”, explica Rabí Yehuda Ashlag, el más grande cabalista del siglo XX, la razón del aprieto en el que nos encontramos en la actualidad.


Y nosotros, que no damos abasto, tratando inútilmente de satisfacernos a cuenta de otros, consciente o inconscientemente, nos encontramos un “buen” día con un tumor en nuestro cuerpo colectivo…


En otras palabras, desde el momento que el mundo se ha tornado en una pequeña aldea global, tenemos que acoplarnos al comportamiento debido. Es decir, que al estar totalmente interconectados e interdependientes, ya estamos sujetos a otro tipo de leyes, y no hay marcha atrás, tal como un adolescente no podrá volver al jardín de infantes, haga lo que haga.


Y aunque pareciera lógico deshacer nuestra aldea global, aislándonos mutuamente para evitar el “Efecto Mariposa” económico, vale recordar los acontecimientos del siglo pasado para ver hacia dónde nos conduciría la separación...


Por lo tanto, tendremos que llegar a entender que cada persona en el mundo -no sólo los líderes, economistas o expertos-, constituye un elemento integral de todo el sistema, el cual influye o impacta personalmente al sistema entero. Por lo que el paradigma económico más provechoso para todos es el que considere el bienestar del total.


Es decir, no podremos curar nuestro cuerpo colectivo hasta que la última persona sobre la Tierra no reconozca que ella también es parte integral de nuestro cuerpo universal. Al sólo tenerlo en mente, ganaremos la buena salud del cuerpo entero.


En otras palabras, al tomar en consideración a cada uno de los miembros de la sociedad, dondequiera se encuentre, independientemente del género, raza, nación o religión, ganaremos el apoyo de la Naturaleza, mostrándonos no sólo la salida de nuestro apuro hacia la formación de una sociedad sólida y fructífera, sino también, premiándonos con el bono de una nueva vida en el nivel más alto de existencia.


* El Rav Dr. Michael Laitman es máster en ciber­nética, doctor en filosofía y Cabalá, profesor de ontología y teoría del conocimiento. Autor de 40 libros sobre Cabalá auténtica. Es fundador y presidente de Bnei Baruj y del Instituto ARI, en Israel. Más información en